lunes, 9 de febrero de 2009

“Noches negras…siguen las nebulosas, ahora, dispersas”

Corrientes 8 de abril del 2008.

23:57 pm


Hace mucho tiempo que no escribía, excusas varias aparte, tampoco pienso escribir mucho el día de hoy. Digamos que me he estancado en el medio del devenir cotidiano, unos cuantos cortes del campo, un ir y venir de discursos, cacerolazos y piqueteros oficiales, unas muelas que ya no dan para más y esas cosas típicas. En el medio quedo la investigación de mi trabajo, mis ideas incoherentes y mi ir y venir tan común por estos tiempos.

Ha cambiado todo y también todo sigue igual (paradoja crucial). Mi investigación se ha ido desviando un poco (o la han desviado), lo que no necesariamente esta mal. En realidad esta muy bien, siendo que estoy apuntando a las raíces de la situación. Primero es lo primero dicen, y hoy tengo que empezar desde allí. Así que la imagen de este hombre que considero yo uno de los últimos idealistas del viejo mundo utópico de los 60, tendrá que esperar bastante tiempo, para mí en particular, aunque de todos modos el aporte que pueda llegar a hacer seria francamente escaso. Pero mientras tanto, escaso o no, el único tiempo que puedo dedicarle por el momento es a la lectura más de forma recreativa que otra cosa y muy pronto ni eso.

Mis caminos delinean ahora otra senda, que ahora me aparta pero que confío tarde o temprano me llevara de regreso a él. A él, digo al Che, al mito amado y odiado, confiando en que yo a mi manera y por lo menos para mí descubriré al ser de carne y hueso que hace más de 40 años tenía dentro suyo un corazón que latía, que buscaba y que luchaba. Motivos buenos o malos, absurdos o urgentes, lo llevaron a pelear de frente por aquello que defendía. Hoy lo dejo en un impass y aletargado. Mi indagatoria sobre el tema no quedará olvidada, solo que hoy necesito guiarme por lo que se llamaría la previa, la antesala o en todo caso la base fundamental de lo que sería en el siglo XX la lucha utópica por cambiar el mundo para siempre.

Mi senda me pone enfrente a uno de los primeros pensadores sobre lo que significa la lucha por cambiar las desigualdades entre los hombres, a uno, sino el más importante de los que se pueden considerar como iniciadores de esta manera de entender tales luchas, en definitiva a aquel que puede llamarse el despertador de conciencias, a un nuevo filosofo alemán (nuevo porque es otro alemán más de los que ya mencione) y este filosofo fue también alguna vez un hombre de carne y hueso de nombre Carlos Marx, un hombre que unido a otros que anhelaban lo mismo propuso una posibilidad de superación. Sus ideas, el sistema que supo construir, el esquema de una sociedad futura, hasta hoy ha sido una utopía, un ideal que quizás alguna vez se haga realidad. Lo cierto es que este hombre hace 150 años aproximadamente, exhorto a los trabajadores del mundo a la lucha, a la unión, a un definitivo cambio social igualitario para todos.

En definitiva se trata un poco más de lo mismo y siempre también a pesar de ello, un gesto innovador, la típica consigna un tanto hoy apagada, aunque siempre latente en este y todos los tiempos. Aquella consigna que nos empuja, nos recuerda y nos reclama ¡Trabajadores del mundo uníos!... “y conquistemos juntos un mundo mejor”, (eso que todos lo piensan, a veces lo dicen y otros lo callan, hoy lo agrego yo).

El manifiesto y muchos otros libros me esperan, no se cuando vuelva a escribir, desconozco mis tiempos y mis ánimos prácticamente para los próximos tres meses. Sólo se que el camino para aclarar en mi misma la consigna mencionada, para ahondar en la teoría, recién empieza.

Temblando y algo resignada pero muy emocionada hoy comienzo a recorrerlo. Hasta la victoria…o hasta conseguirlo simplemente, esa es mi consigna… al menos por el momento…Saludos.

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