domingo, 11 de octubre de 2009

El sueño de mi vida o mi vida vivida para un sueño…

El sueño de mi vida o mi vida vivida para un sueño…

Ctes, Algún día de septiembre o principios de octubre…

Estoy acostumbrada a escribir desvaríos y a pensar y reflexionar por la cruda existencia; en ese sentido, el amor que tengo por mi carrera ha sido fuente de constantes preguntas y repreguntas en un intento por hallar el sentido de la vida en la que vivo. He hilado entre pensamientos, la manera de cambiar el mundo como tantos otros. Incluso la que reivindico para sí la idea de ser una conformista no idealista, ha terminado en estos años por encontrarse con los ideales que le gustaría defender. Carezco aún así de la fuerza que invita a luchar por ellos, carezco de iniciativa pero por algo se ha de empezar. Sin embargo sentada hoy frente a mi computadora, los ideales se desdibujan. Me falta un compromiso social que anhelo, ya no me conformo, ya no acepto las cosas porque sí, me gusta discutirlas, debatirlas y si es necesario replanteármelas, y sin embargo la capacidad de praxis que admiro en otros aún no llega a mi. Estoy mal que me pese desconectada del mundo. Sumergida en mis propias necesidades y soñando sueños egoístas porque sólo me pertenecen a mi.
En esos sueños el resto no importa, no tienen cabida mis ideales de cambiar el mundo. Sólo estoy yo y mi vida, una vida que hoy se me presenta vacía y sin sentido. No se si lo que sueño es un sueño egoísta, no se si por quien sueño realmente tienes ganas de enfrentar este mundo y compartirlo conmigo. Sólo se que lo deseo más que a nada y sólo se que ya no puedo imaginar certeramente que algún día llegará a mi vida. Me piden que tenga fe, me piden que tenga calma, otros me exigen que no piense, y otros que me deje llevar por la razón, la cual aleja de mí cada día más la posibilidad de alcanzar mi sueño. Lo que más me afecta es que se que es algo que escapa a mi capacidad de controlarlo. No soy yo quién decide a pesar de haber tomado mi decisión. Un Dios, la ciencia, o la vida y el destino si este existe, están por encima de mi voluntad. No hay nada que pueda hacer, más que esperar. Mi mayor temor es que en esa espera se me vaya la vida, se me vaya el tiempo, y que al final no quede nada más que mi soledad. Temo no aprender nunca a vivir con la idea de que no será posible, imagino el futuro vacío y solitario que podría esperarme y me cuesta aceptarlo.
Cuando trato de ser positiva al final las cosas duran poco. Y siempre al final estoy sola y todo se ve oscuro y amenazador. La gente que trata de sosegar mis pensamientos no me entiende. Quizás yo tampoco lo haga. Lo cierto es que sin aquello por lo que sueño, no se si lograré seguir viviendo. Pues es el sueño de mi vida y he vivido para alcanzar ese sueño. Sin ello temo que ya no quede nada por lo que seguir viviendo…

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