martes, 30 de diciembre de 2008

“Nuevo desvarío de madrugada”

Corrientes 1 de febrero del 2008.
01:15 am


Otra vez me siento aquí a escribir aunque si saber que y para que. Son tantos los pensamientos que me rondan, algunos demasiados repetidos y otros alternantes, esos de muy de vez en cuando. Pero en este momento uno se repite más que nunca, no es un pensamiento, es un sentimiento, que me acompaña todo el tiempo: la soledad, una soledad vacía que a veces me asfixia pero con la que yo misma he elegido convivir. A decir verdad el mundo se me aparece tan oscuro, asfixiante y vacío como la eterna soledad que vive en mi interior. Estoy completamente sola en todos los sentidos que un ser humano puede estar y en el medio de mi soledad, mis cavilaciones se vuelven angustiantes y agobiantes. Verán, en estas apenas casi cuatro páginas que llevo escritas es fácil ver el estado de abandono y de ahogo en el que me encuentro: soledad, vacío, angustia, oscuridad, todas representan palabras sombrías para mí, todas significan dolor, heridas jamás cerradas, pérdidas, tristezas y todas me llevan una y otra vez a un solo pensamiento, al único que domina mi vida: la muerte.
Hay mucho de la muerte en todo lo que digo y en todo lo que pienso. En realidad considero que la muerte no es solo algo físico, no solo es dejar la vida biológicamente. La muerte es dejar de ser, dirá Heidegger, y yo agregaría, la muerte es dejar de creer, dejar de soñar que también es en definitiva dejar de vivir, no importa que biológicamente estés viva, sino que estando viva, uno se deje morir, se permita dejar de ser. Yo creo que hace tiempo he dejado de ser, que me he dejado morir de algún modo, porque he perdido mis sueños y creencias. Sigo viva pero estoy muerta en el fondo de mí ser. No se si uno puede permitirse o mejor dicho no se si es posible que después de haber dejado de ser pueda uno volver a recuperar el ser perdido, el ser olvidado, recuperando una parte de uno mismo que lo ayude a reencontrarse con ese su ser. Hoy mi ser vaga sin rumbo mientras yo desvarío en lamentos nocturnos. Mi ser quedo olvidado. Yo olvide mi ser. ¿Podré recobrarlo algún día? ¿Podré recuperar la memoria de lo que fue mi ser antes de dejar de ser? Yo no lo sé, junto a mis sueños perdí también mis esperanzas y como ya mencione estoy sola, tanto es así que mi ser me ha abandonado. ¿O yo lo abandone a él? Creo que en alguna parte de este oscuro mundo, él todavía anda vagando tan solitario como yo, esperando que algún día llegue a buscarlo, a encontrarlo y rescatarlo, ¿o el me rescatará a mí? No importa. Si más allá de mis pérdidas, de mis faltas de esperanzas, existe una remota posibilidad de que yo lo encuentre o él a mi, entonces, volveremos a “ser” y nos habremos salvados. No se dónde, ni se cuando o ni siquiera si será posible, pero me gustaría o prefiero recrear un lugar de encuentro mientras espero, un lugar que ya fuera un recuerdo, un lugar donde ya hubiéramos estado, aunque jamás haya sido así. Haciéndome una extraña idea y asociando a la misma con una frase que se ha instalado popularmente, pienso claramente que mientras sigo buscando, el escenario imaginario es posible y que quizás aún hay algún sueño en mi corazón o lo que sea que late dentro de mí asegurando mi vida biológica. Si ese sueño imaginario o real esta en ese corazón que late en mí, entonces, mi querido ser… “Siempre nos quedará París…”
Observación actual: Aparte de la gran cantidad de incoherencia que tiñe esta nota, me gustaría aclarar algo sobre el ánimo negro que todo lo envuelve en ella. Si, por lo general soy así, bastante oscura en mis divagaciones, pero tengo ciertos resquicios por donde se cuelan lucecitas de colores algunas veces. Hoy día no pienso tan así como a principio de año, quizás porque en el medio me pasaron muchas cosas tanto buenas como malas, y en ese proceso pude sentir finalmente que estoy viva y no solo biológicamente. Recupere mi ser y existo verdaderamente. Tengo sueños y esperanzas, sigo creyendo poco, pero en fin. Creo que en algún momento sentí que había perdido razones a las que aferrarme, sin darme cuenta, que la razón más grande a la que debo aferrarme soy yo misma. Así que en este preciso momento estoy un tanto más positiva al respecto, pero no quita que cada tanto recaiga en aquellos días demasiados oscuros. No se preocupen no es para preocuparse, ni debe considerarse definitivo, simplemente soy así, y voy aprendiendo a aceptarme de esa manera yo misma.

viernes, 19 de diciembre de 2008

“La primera de mis notas dispersas”

Corrientes 30 de enero del 2008.
01:35 am

Tengo imperiosas ganas de escribir todo el tiempo y sin embargo cada día me postergo planteándome preguntas que hacen que termine huyendo de las palabras escritas. Escribir, pero ¿qué? A veces me descubro rumiando entre pensamientos y reflexiones tan dispares, tan inconexas, que me parece absurdo intentar plasmarlas por escrito, sin embargo se que no puedo seguir huyendo. Debo enfrentarme con mis demonios o mis miedos que se multiplican cada día con tremenda exageración. Debo hacerlo aunque no sepa bien “que” escribir, o mejor dicho que es lo que ahora mismo estoy escribiendo y que intento decir.
Un filosofo alemán, que en realidad no cuenta con todo mi interés (por decirlo de alguna manera) y que no hemos de confundir con otro notable alemán y aunque también rechazado por mi por razones diferentes pero que constituye una parte crucial de mi carrera y de algunos de mis constantes pensamientos, siendo aunque no lo quiera casi como un mentor y guía: Martin Heidegger. No, de ningún modo quiero confundir a este con el otro alemán al que ahora voy a parafrasear. Cuando llegue el momento, Heidegger tendrá su lugar correspondiente, aunque por supuesto diste mucho aún de poder yo llegar a comprenderlo.
En fin, este otro alemán, de una importancia indiscutida también, que no es Heidegger y que por parte mía no se lleva una mayor atención, supo decir un día algo así como lo siguiente: “El que encuentra un porque, casi siempre encuentra el como”. Disculpen asimismo que no les de en este momento el nombre exacto de este filosofo, pero a pesar de mis años acumulados como estudiante de filosofía, hay ciertos nombres (sobre todo los alemanes) que no solo me cuesta pronunciar sino que también se me escapa su correcta designación escrita. (Y no tengo ganas de buscarlo ahora tampoco).
En todo caso para dejar de decir que es un notable filosofo alemán y que no es por supuesto mi aprendido por la fuerza “mal necesario” que es Heidegger, hemos de distinguirlo por ahora con un término propio de sus obras “El súper-hombre”. La verdad es que no siendo no por cerca uno de mis autores predilectos, no termino de comprender porque lo he recordado a él en esta mi primera nota dispersa que hoy comparto con ustedes. (¿Quiénes? En realidad lo desconozco pero por el momento no es importante). Supongo ante todo que es la frase que ahora se me ajusta notablemente a mis intenciones imprecisas de querer escribir y no saber que. Supongo que en realidad solo debo descubrirlo pero que ese “porque” (según el súper-hombre) o el “que” según yo, se encuentra ya instalado en mi de alguna manera y cuando lo descubra inevitablemente sabre llegar al “como” del que el súper-hombre habla en esa frase, que no es textual pero que así se me presenta a mi entre mis recuerdos.
Estas notas son dispersas porque es como se manifiestan ante mis reflexiones de estos tiempos. No siguen, ni pretenden hacerlo por ahora ningún hilo argumentativo ni cosa que se le parezca. Será lo que salga, lo que tenga que ser. Por el momento ya he digo algunas cosas pero para no dejar tan oscura y absurda esta primera nota, he de agregar que sí hay un tema que esta claro en medio de tanta oscuridad. Todo lo que pueda decir, todo lo que pueda dejar entrever entre mis inconexos pensamientos esta rodeado, atrapado y atrincherado por una sola cosa, un solo sombrío e inevitable acontecimiento: La muerte. Mi muerte, la de los otros, la de los familiares, los amigos o desconocidos; aunque un poco cruel quizás, deba decir que no importa aquí el quién, es decir la muerte de quién sino una vez más el “que” y el “que” es en sí misma la muerte.
Por si no se han dado cuenta, sin querer he dado el primer paso firme, parece que por ahora mi “que” es la muerte, es mi porque más definido y mientras sigo dilucidando al respecto, seguro que llegare a mi “como”. Todo esto quizás porque (y valga la redundancia) todo parece indicar (cual un cartel señalizador de calles) con flechas direccionales incluidas que todo lo demás (sea lo que sea finalmente en este momento ese todo) esta dirigido hacia ella. Depende quizás de ella. Más tarde o más temprano habremos de llegar al final del camino y siempre estará ella esperándonos con una guardia tan fiel y tan segura, de la que jamás un ser humano podrá llegar a escapar…
Observación actual: Debo cumplir con algo que se me quedo atravesado. Es cierto nunca me acostumbro a escribir el nombre de este filósofo alemán, a los otros me termine acostumbrando pero con él me pierdo tanto en la pronunciación como en su escritura, pero finalmente vencí la fiaca de agarrar uno de sus libros para leer el nombre y aquí esta: Friedrich Nietzsche. Se que es fácil al fin de cuentas pero la t, z, s siempre me desorientan en donde van. En fin deuda cumplida. Otra cosa, la frase textual de este filosofo es “Quien encuentra un porqué para vivir, encontrará casi siempre el cómo”.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Presentándome simplemente

Hoy comienzo este espacio. Y lo hago para expresar todos mis pensamientos, mis ideas, mis opiniones, lo que siento, imagino y quiero. Es decir una parte de mi vida.
Aunque tenga varios apodos y por supuesto los nombres que mis padres me eligieron, el que yo elijo hoy para firmar mis desvaríos es Sol, que es como en definitiva me llama mi viejo y es el único que me llama así, por lo general, cuando era más chica, significaba reto en puerta. En una etapa de mi vida en la que intento reconectarme con parte de mi infancia siento que es la mejor manera de presentarme. Vivo en la ciudad de Corrientes, Capital, pero nací en Buenos Aires, Capital Federal, a los cinco años me vine para acá y pasaron más de 15 años hasta que regrese a visitar la tierra natal como le dicen. Tengo 27 años y estudio Filosofía en la ciudad de Resistencia, Chaco. Aunque la pasión de mi vida sea la Licenciatura en Psicología, quizás porque a veces siento que yo misma no estoy muy cuerda.
Las razones por las que abro este blog, son varias, primero que nada resulta francamente una deuda pendiente conmigo misma. Hace unos años había iniciado un espacio parecido y comencé a desarrollar algunas ideas pero en aquel tiempo entre el malabar constante que tenia entre mantener un trabajo y mi carrera, todo fue quedándose estancado. Ahora, como entonces, decidí comenzar a escribir porque lo creo necesario sobre todo para mi misma. Y en segundo lugar porque considero que es bueno compartir con otros las ideas que nos rondan en nuestras cabezas. Algunos podrán encontrar semejanzas conmigo, otros estarán en desacuerdo. Algunas cosas serán útiles quizás para alguien, y otras, tonterías que simplemente pertenecen a desvaríos personales míos. Algunos podrán desde sus comentarios (si es que alguien me escribe) aportar lo que piensen tanto sobre lo que lean, como sobre si mismos. Y también enseñarme a través de sus propios conocimientos y pensamientos. Otra razón de este blog es que para mi, según varias amistades a las que saturo con cartas, escribir es como hacer terapia, me hace bien descargar lo que pienso y siento, y aquí lo voy a hacer, como yo quiera.
La tercera y última razón responde a una necesidad propia de comenzar una nueva etapa de mi vida y compartir y a la vez aprender de los demás nuevas experiencias. Gracias al consejo de una persona que ha sabido acompañarme en un proceso fundamental de mi carrera, que supo constituirse en un guía y soporte elemental para mí, y sobre todo porque aunque no fuera para nada una obligación para esta persona, desde su sencillez supo estar alentándome durante este proceso que me ha llevado aproximadamente la mitad del año. Hoy abro este blog siguiendo su consejo, intentando expresar aquí parte de aquel proceso, la parte cotidiana más que nada, aunque eso solo sea el comienzo, aunque a veces pueda alterar el orden y escribir de repente sobre algo totalmente distinto, lo que en parte ya sucede en los mismos delineamientos previos. Pero eso lo explicare al final de este primer post que constituye el inicio de este espacio.
Este blog puede llegar a contener muchas cosas de mí, desde pensamientos, sueños, poemas, comentarios actuales de mi vida, hechos pasados, descripciones, y cualquier cosa que se me ocurra, nada preciso solo lo que vaya saliendo. Yo misma considero que salvo excepciones lo que pueda escribir aquí se circunscribe simplemente a la personalidad que tengo y mucho ha de ser valga la insistencia: un desvarío, algunas notas dispersas tal como resolví titular a este blog. No me ciño a estructuras, ni me ajusto a conceptos teóricos en estas notas. Simplemente escribo lo que siento. Aquel que lea espero que le guste y si no, no importa, ante todo realmente será mi medio de catarsis y escape y de algún modo lograra hacerme sentir bien. En fin esto es básicamente lo que el que se pase por aquí puede esperar encontrar en este espacio: todo aquello que mi imaginación me dicte.
Ahora bien, retomando lo que mencione más arriba, el contenido de este blog, reflejara en una primera etapa ciertas reflexiones que fui plasmando desde enero del 2008 en un cuaderno obviamente en forma manuscrita. Y que llega a su vez hasta septiembre. En el comencé delirando sobre cualquier cosa, impulsada sobre todo simplemente por las ansias de escribir. En el medio comencé las clases y en el quinto año de mi carrera se me presenta una materia que es la previa a la tesis y constituye la primera investigación concreta que llevo a cabo. En el proceso de creación y hasta cierto punto en paralelo, en el cuaderno manuscrito seguí llevando a cabo mis delirios, mezclando un poco la temática que empezó a interesarme, con cosas personales o comentarios de la actualidad de mi país. Y cuando definí el tema de la investigación comentaba mis miedos, mis dudas sobre todo ese proceso. Por ahí no escribí con regularidad porque tuve que dedicarme a escribir el trabajo, a leer mucho y a intentar realizar reflexiones más cuerdas que las de costumbre en mí. Pero todo eso hoy quisiera compartirlo en este espacio con aquel quién lea. Después (cuando tenga el resultado) quizás postee algo del trabajo en concreto, puesto que es bastante largo. Hoy quiero comenzar con esto, que contendrá disparates para algunos pero es parte de mí. Cada una de esas notas dispersas tendrá su fecha real de cuando fue escrito en los post correspondientes. Por ahí, si mi ánimo lo acompaña, haga observaciones a esas mismas notas dispersas o actualice totalmente con algo nuevo que salga de mi vida diaria o de mis reflexiones cotidianas y no tanto. En fin que verán que escribo bastante aunque no todo lo que diga sea coherente, eso es lo que van a seguir leyendo de ahora en adelante. Los dejo.
Bienvenidos y gracias. SOL

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